Apagón con (des)conexión

iluminacion-faroles-antiguedades-18311-MLU20153269175_082014-YQuienes vivan inmersos en la modernidad tecnológica, tal vez se sorprendan de saber que todavía hay apagones, cortes de luz, interrupciones del suministro de energía eléctrica, o como les quieran llamar. Pero sí, existen. Hoy de mañana fue sorpresivo. A veces, son parte de un programa de mejora de infraestructura. En el pasado, hasta eran programados.

Estoy hablando de fines de los años 70, épocas de encarecimiento del petróleo, carencias de infraestructura energética, y otras yerbas que no vienen a cuento. Lo que sí les cuento es que en mi barrio tocaban apagones los domingos. Las familias preparaban sus faroles a mantilla, sus velas, sus braseros, sus estufas a leña. Todo lo que diera luz por combustión servía. Y por consecuencia tenía que toda la familia se reunía, como adorando el fogón. Porque ya fuera carbón o vela, no había novela en la televisión. Les confieso: me encantaba jugar con el sebo de las velas.

Hoy nos volveríamos locos. Pero en ese entonces, nos organizábamos un poco. Nada de entretenimientos electrónicos de ninguna especie. Apenas alguno que se animaba a leer o escribir a la luz del farol, si era suficiente. Pero la mente no descansaba. Muchos cuentos se contaban, muchas anécdotas llenaban las bocas. Las personas serían pocas, pero la curiosidad era grande. Porque siempre se aparecía algún nuevo-viejo cuento, algún olvidado pariente, algún recordable amigo en la narración.

¡Qué recuerdos de apagón!

¡Qué nochecitas con emoción!

12 comentarios sobre “Apagón con (des)conexión

  1. Si, Fabio. Cuántos lindos recuerdos de momentos compartidos sin distracciones me reflotaste. Todo organizado para poder poner en marcha, en minutos, toda la «maquinaria» para manejarse en caso de apagones (programados o no). En mi barrio no recuerdo qué día era, pero seguro era día hábil porque a veces tenía que hacer los deberes a la luz del farol a mantilla. Y las velas encendidas en platitos y la fascinación que me provocaba su llama. Definitivamente, habría que desconectarse cada tanto de determinadas cosas para poder conectarnos más interpersonalmente. Gracias. Saludos

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  2. ¡Hola! Yo también tuve apagón, pero por suerte tenía la nootebook cargada y pasé de Internet a seguir con la novela. Pero tengo 57 años y recuerdo muy bien aquellos apagones demasiado frecuentes en los que se comunicaba mucho más la gente. Y también recuerdo con cariño aquellos tiempos.
    Que pases lindo.

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  3. Que preciosos recuerdos, mi padre tenía un farol a mantilla, y era espectacular esa atmósfera que se creaba, tratando de leer algo al lado de una vela o del farol, hoy tuvimos apagón y todos colapsamos…se fue la internet, y casi nos tomamos de los pelos a los gritos, socorro, socorro, que vuelva la intenet….jajajaja, saludos…

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  4. ¡Qué tiempos aquellos! Yo no los he vivido, pero es cierto, ahora estaremos más conectados con todo el mundo, pero nadie puede negar que más separados (físicamente). Todo cambia, no sé si a mejor o a peor, pero cambia. 🙂

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  5. ¡Gracias Fabio!, por desatarme recuerdos hermosos de los apagones de las inundaciones del 59, cuando al llegar la noche con mi hermano éramos los encargados de prender un pequeño farolito que colgábamos en la puerta de la casa y luego nos congregábamos alrededor de la chimenea a la luz de faroles y velas, donde mi madre tejía, mi padre hacía cuentas y las historias surgían o simplemente nos quedábamos hipnotizados viendo las llamas que emanaba el fuego. Un abrazo grande

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