Isaura me acarició las rastas, mientras me dormía despacio sobre las sábanas verdosas. El humo de marihuana apenas brotaba de los restos del cenicero de madera. Se acarició la barriga de seis meses donde Roni disfrutaba de su confort amniótico. Se recostó boca arriba y poco a poco fue conciliando el sueño.
***
—Crispín, no te me quedes. Te tengo que hablar.
Abrí los ojos medio despistado. Hacía tiempo que no escuchaba esa voz.
—Crispín, mi hijo querido. Te estás quedando. Ya no te queda tiempo.
Era mamá. Se me apareció en una visión radiante. Su figura esbelta flotaba encima de la perfecta redondez de la barriga de Isaura. Mis rastas adornaban el conjunto.
***
Las rastas. Esa moda rara que a papá no le gustaba nada, ahora era un furor. Mucha gente quería lucirlas. Pocos tenían paciencia para hacérselas. Fue otro de mis caprichos. Papá no supo detenerme. Como tampoco pudo frenarme otras cosas.
***
A los quince traje a la casa una novia de rastas que fumaba marihuana. Papá fumaba en pipa mientras me veía envuelto en humo verde, yo parecía tan feliz con esa chica de ideas raras. Yo aprendía como podía lo que era el amor. Había tenido durante doce años el feliz ejemplo de mis padres. Yo también quería hacer mi vida, reinventarme, lo hacía como me salía. Papá no rehizo su vida, siguió muy solo. Nadie iba a poder ocupar el lugar de mamá, y no tenía forma de darme una nueva madre. Le remordía la conciencia por no haberme hablado nunca con claridad sobre la muerte. Yo no sufría con la palabra muerte, no me dolía; la desconocía. Y corría peligro de terminar desconociendo también la palabra vida.
Un relato sobre un adolescente muy problemático, sin límites claros, y su difícil camino de descubrimiento personal.
Lean el cuento completo en el número 3 de la revista Luz de Candil (hacer clic aquí, páginas 37 a 45; edad recomendada para la lectura: mayores de 13 años).
Lo había escrito a fines de 2015, lo estuve presentando en concursos, un día leí la convocatoria de esta revista y decidí enviar el manuscrito. Finalmente, se anunció la publicación, que mucho le agradezco a Belén.
Con el paso de los meses, este relato ha dado mucho para decir:
¡Es muy buen relato! 😍 Tienes un estilo único, es grato leerte y siempre dejas una gran enseñanza, ¡Gracias por compartir ese excelente don con todos nosotros! NOTA: Yo encantado de leerte siempre mi amigo. 💪💣
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¡Muchas gracias, Jesús, por ser tan atento! Encantado de tenerte en mis páginas, ¡bienvenido!
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Holaa Fabio, se me ha erizado la piel al leerte y a partir de ahora me propongo tocar tu puerta asiduamente.
Gracias por la recomendación, tu blog me parece interesante. Un Saludo!
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Te agradezco muchísimo que hayas abierto la puerta de este relato. Fue fruto de tres días (intermitentes) de inspiración, mientras iba escribiendo otra obra más ambiciosa. Digamos que «crucifiqué» a Crispín con todas las penas juntas, mientras a mis otros personajes los bendecía con vidas más… «normales». Pero toda esa catarsis de «no-puede-ser» es muy necesaria.
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Mi más sincera enhorabuena.. 😉
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Encantador relato, transparente, honesto. Felicitaciones, Fabio.
Tu post sobre las rastas me hizo recordar otro de mi buen amigo Franciso Javier Tostado. Por si te interesa, te dejo el link: https://franciscojaviertostado.com/2017/02/27/las-rastas-del-marley/
Saludos desde Lima, Perú.
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¡Gracias, Lú! Por leer y por recomendarme el de Fco.Javier.
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Un placer. Que tengas bonito día. 🙂
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Thanks for being dedicated and following my blog.
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Impactante, sin duda. Me quedo con ganas de seguir leyéndote. Gracias por la recomendación!!
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¿Leíste las 8 páginas de la revista? Ahí está la historia completa. El resto… es imaginarse y pensar. Pensar mucho en la realidad propia y ajena.
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No lo he podido leer todavía, pero sacaré un ratito para leerlo, no lo dudes.
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😉
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Por fin leí la historia. Profunda y con lección de vida. Sin duda, hay que disfrutar de la vida día a día, que el tiempo pasa y no vuelve.
Gracias por escribir, y por expresarlo tan bien.
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¡Gracias por comentarla! 🙂
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¡¡¡Espectacular Fabio!!! Quienes hemos sufrido la disolución del hogar sabemos lo difícil que puede llegar a ser vivir con ese peso. Cada quien lo sobrelleva a su forma, a Crispín le tocó de esta. ¡Sigo creyendo que las personas pueden cambiar! Excelente
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Muchas gracias, Andrés, por compartir tu sentir. Me alegran tu optimismo y tu fe en el futuro.
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Definitivamente genial. Me gustó mucho. Las imágenes que dibujas, las emociones, los sentimientos… Llegué a sentir los sentimientos de Crispín. Lo leí y releí. Felicidades Fabio por otro maravilloso trabajo y por transmitir tanto en tus escritos. Mil éxitos. Un abrazo.
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Increíble devolución. Muchísimas gracias.
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Reblogueó esto en Emanuel Fernandezy comentado:
Este me parece un trabajo apasionante. Me trajo tantas emociones que me pareció excelente idea compartirlo.
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me está gustando mucho =O) me siento identificado claro… pero yo no era un niño bueno jajaja =O)
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Y yo no fui un Crispín, jeje. Pero es como si la vida misma, la vida observada y escuchada, me lo hubiese «dictado al oído».
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Que bueno estaba terminando de leerlo. A luz do Candil, que sepas que uruguay lo llevo dentro pero soy gallego =O) estaré atento para más. Gracias por el mail =O)
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Yo también tengo algo así como un 25% de gallego escondido atrás de mis dos apellidos tan tanos, jaja.
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Estupendo trabajo literario, Fabio! Un relato apasionante! Interesante estructura. Muchos recursos literarios,… ideas claras. Es un tema muy familiar: la vida cotidiana de un joven en su entorno socio-cultural. Sé que este cuento será sólo el comienzo de cientos por venir. Adelante, amigo! Abrazos afectuosos desde Altos, Cordillera, Paraguay.
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¡Qué alegría, Felicita! Me deleitaste con tu voz disertante de una dulce lengua, ahora me das este regalo de mini-reseña. ¡Qué lindo! Un abrazo desde Montevideo.
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A seguir adelante, Fabio! La literatura necesita de tu labor y la cultura uruguaya, regional y mundial también. Bendiciones!
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Excelente Fabio, me has subido a una montaña rusa de palabras. Sin darme cuenta me devoré el texto. Me conmoví con la pérdida, el escrito genera sensaciones y eso es una genialidad del autor. Mis felicitaciones por el gran texto que acabo de leer.
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Montaña rusa. Sorprendente transmisión de pensamiento… eso mismo siento yo cuando recuerdo ciertas etapas de mi vida (no precisamente iguales a las de Crispín, pero en fin). Gracias por leer y comentar.
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Reblogueó esto en lucarnay comentado:
«The Dreadlock Wig», a coming-of-age story by Fabio Descalzi.
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Muy buen relato. Me hizo en cierto modo pensar que así sería el futuro de una prima que perdió a su madre antes de poder enteder el significado de «muerte», viviendo además cuando le llegue su tiempo de pasar por la adolescencia de los caprichos, vicios y modas que haya para entonces. De nuevo, muy bueno
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¡Gracias por compartir ese sentimiento! Qué bien que le hace al autor saber que lo escrito le llega a alguien.
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Excelente, simple y al grano. Un cuento sobre cómo se aprende a amar, cómo se aprende a vivir y qué tienen que ver el amor y la vida. Un cuento sobre las rastas que uno se saca para dejar a la luz una calvicie que nos da tanto miedo que terminamos agradeciendo. Excelente, simple y al grano. Vivamos en la tierra. ¡Salud!
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¡Gracias, Santiago, por tu amabilidad de leer y comentar!
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Un excelente relato, disfrute mucho la lectura y lo recomendé incluso por mis redes sociales.
Excelente trabajo Fabio, espero poder seguir leyendote. un saludo desde Colombia.
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Muchas gracias, Jeisson. Me alientas a seguir adelante. Un saludo desde Montevideo.
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