Al filo de la medianoche
ya casi no le queda nada.
Harto del último reproche
ya no soporta ni una llamada.
Se pierde la vida, las horas valiosas,
desperdiciándose todo con esa canalla.
Si hasta le faltan las gemas preciosas
en el reverso de aquella medalla.
Débil, que te veo débil,
débil cuerpo, débil alma.
Débil, sin pena ni gloria.
Si hasta te pone débil
el aullar de la euforia
en medio de la tensa calma.
Publicado en Letras & Poesía.


Que la lengua se llena de neologismos no es novedad. Más si se tiene en cuenta el ritmo vertiginoso al que cambian las modas y lo que se considera actual. Hace pocos días aparecían artículos que hablaban de la felicidad de los daneses, resumían esto en un concepto bien escandinavo,