Etiqueta: Música

¿Aprendimos?

Los que ya pasamos de los cincuenta solemos ponernos nostalgiosos. Más, si somos uruguayos. Y si es a fines de diciembre, ni te digo.

Se va el año. Con todo lo que se llevó. Con todos los que se fueron.

Como un grande que nos acompañó muchas veces. Aunque varios (en especial, los más jóvenes) nunca lo habían oído nombrar.

El músico mexicano Armando Manzanero se fue ayer a los ochenta y cinco, tras una larguísima carrera. Desde Elvis hasta Luis Miguel cantaron sus melodías. ¿Quién no recuerda «Somos novios», «No sé tú» o «Te extraño»?

Los recuerdos son como retazos de vida que se siguen zurciendo. Una y otra vez. Invitan a reinterpretarlos.

Mientras buscamos interpretar el sentido de lo que vivimos en este insólito 2020, escuchemos a estos dos intérpretes. Un homenaje a Manzanero. Un arte vocal que luce.

Por siempre João

Este bloguero no está habituado a reseñar música, ni tampoco vida de músicos. Pero a veces hay obras que trascienden la cultura local para hacerse patrimonio de todos; tal es el caso de Garota de Ipanema (¿quién no la ha tarareado al mirar los morros de Río?). Esta vez, el motivo de mi brevísima nota es el fallecimiento del compositor brasileño João Gilberto, uno de los más recordados intérpretes de esta maravilla musical. Seguir leyendo «Por siempre João»

Testimonio de un loco lindo con pretensiones de poeta

AEG Olympia - Traveller de Luxe - Spanish keyboard layout
Lo de lindo es pretencioso, porque de eso, no tengo nada. Lo de loco es un poco más coherente, porque la gente me escucha decir cualquiera. Pero cualquiera se puede dar cuenta de que estoy, digamos, extrovertiendo algo de lo mucho que tengo para dar. A veces, hasta parece poesía. Otras, música.

Ayer terminábamos de hacer las compras en el súper. Una linda salida familiar de las de siempre, sin sobresaltos, la cajera muy atenta, los pibes muy diligentes, había poca gente. Nada que exaltase, nada que desbordase. Pero mi cabeza sí que desbordaba. Se cocinaba a fuego rápido todo lo que había en el fondo. En la superficie, estaba repasando el plato que iba a cocinar al wok, como debe ser, a fuego lento.

Mi hija, de chiquita, adoraba una melodía, «El meneaííííto». Haciendo eco de eso, mi respuesta a su reclamo de ayuda para estudiar fue «esperá un poco, que estoy haciendo el salteaííííto». Ella se rio de mi ocurrencia. El salteado de verduras al wok lleva tiempo y no hay que distraerse, de lo contrario, se quema. Pero un poco de humor, música y poesía siempre condimenta una rutina familiar tan intensa como alocada por lo interminable.

Inacabable es lo que se me da por escribir. Y aquí viene el parteaguas. La bajada a tierra súbita, el cambio de tema que rompe los esquemas.

Ya hacen unos años de ese primer rapto inspirador para escribir una novela sobre adolescentes. El inicio de una carrera literaria. Esto, dicho sin ninguna petulancia; la importancia de esta afirmación no va tanto por lo de carrera profesional, sino más bien, por lo de escribir a la carrera. Me sale todo rápido, escribo todo de corrido, sin pensar, sin editar, así es mejor, sale desde bien adentro lo mejor (y lo peor). Lo que quiero sacar. Lo que necesito sacar. Después, si publico o no, es mi problema. Pero eso es un cuento aparte.

La mejor (o la peor) parte es: estoy entrando a separar al escritor que produce, del personaje real. Lo de escritor que produce, está claro, ¿no? Escribir cosas para que alguien lea, no importa si por obligación o por devoción, pero que lea. A veces, solo para leerlas yo, porque lo que contiene ese texto es un verdadero papelón. Otras, para que lo lea cualquiera, porque total, son de palo los de afuera. Pero no los de adentro. Los que sí leen. Los que sí escuchan. Los que sí observan. Y critican. Y demandan. Y cuestionan. Y condenan. Y…

Solo este personaje real sabrá cómo se escribe esta historia.

Porque la memoria no juega chicanas. Siempre quiere gloria.

Y si la memoria quiere gloria, más vale que evite la tragedia.

Al remendar una media me pincho un dedo,

mientras pienso en escribir lo que puedo.

Se me acaban las palabras.

¿Por qué escribir al personaje real,

si es, humildemente, real?

Me canso.

Se me corta la racha.

Ya está.

Basta.

Ta.

Les petits moulins à vent (Los pequeños molinos de viento), exquisita melodía barroca compuesta por el francés François Couperin en 1722, describe a la perfección cómo se movían mis dedos en medio de ese torrente…

Bolso a nado

man_guy_male_backpack_rucksack-87663.jpg!d

Floripa en setiembre. Nunca pensé que iba a venir. Pero ahora, prefiero así. Porque después de las elecciones de octubre quién sabe cómo va a estar todo por acá, justo este año…

Conseguí que Noa y Facu me acompañen. Siempre se cuelgan cuando es Floripa. Nos vinimos con muy poca plata. Vamos a ver si nos da para alquilar la cabaña del otro año. Pero nos quedó lejos. El ómnibus que nos trajo hasta acá, el más barato que conseguimos, nos dejó en esta ruta, tenemos que caminar como cinco kilómetros. Allá vamos.

Uy, este arroyito no me lo esperaba así de crecido. Otros años lo caminamos de paseo, con los pantalones remangados, nomás. Ahora vamos a tener que cruzar a nado. Turnarnos con los bolsos, llevarlos bien alto para que no se empapen. Sobre todo, mi bolso. Seguir leyendo «Bolso a nado»

Riesgos en la noche del Este

Riesgos en la noche del Este

Un pibe atrevido se cuela en todos los bailes de La Barra apenas con trece años. Creció muy de golpe, pasa por grande, se hace el grande, tiene amigos grandes, le gustan las cosas de grandes. Ese verano le queda demasiado grande. No está preparado para derrochar energías de esa manera. Demasiada noche. Un peligro.

Animals, un tema electrónico de 2013 creado por el precoz DJ adolescente holandés Martin Garrix, crea la atmósfera en la que muchos jóvenes sueltan sus instintos. Como le gusta a Fredo, ese arrojado adolescente hijo de una argentina pero nacido en la otra orilla. Oriental.

Fredo baila, seduce, conquista, tiene lo suyo. Pero… ¿dónde quedó la tristeza del indígena Moro? ¿Y la exótica música del sirio Amir? ¿Tienen algo en común?

Crece tu expectativa. Sigue variando la música.

Va faltando menos. Se va acercando Amigos orientales.

Oportunidades

Los pibes de la tienda de mascotas querían hacer plata.

Más o menos esa es la idea en pocas palabras. Sí, una canción de mis años estudiantiles, Opportunities, de los Pet Shop Boys.

Mientras vos seguís pensando qué vale en esta vida y yo espero poder sacar adelante mi proyecto (que no va precisamente de plata), te invito a disfrutar de esta música.

Triste flauta

Triste flauta

Nada. Tristeza. Soledad. Silencio. Vacío.

Aquí falta alegría. Todo es grisura.

El país gris. Así se suele hablar de nosotros, los orientales.

Muchos años ha, un anciano me refería a la herencia de nuestras etnias ancestrales. Esas que vemos tan poco. Que se ahogaron en la marejada del torrente de inmigrantes europeos. Que contrastaban con la enérgica savia de los esclavos africanos, esos que nos legaron su alegre música. No, nuestras etnias originarias eran diferentes. Como Tabaré. Ese indígena mestizo delineado por la pluma de Juan Zorrilla de San Martín. Como también Moro, que se siente tan solo y abandonado.

Der letzte Mohikaner (El último mohicano), melancólica melodía de Leo Rojas, un músico ecuatoriano activo en Alemania, tan alejado de su propia tierra, me inspira toda la tristeza de Moro, ese indígena nacido en una isla del este del río Uruguay. Oriental.

El martes pasado tuviste música oriental. Hoy, te traje una melodía exótica que remite a otro oriental. ¿Qué tienen en común? Lo vemos pronto. No te pierdas Amigos orientales.

Al ritmo del tamboril

Al ritmo del tamboril

Atmósfera de misterio. Llegada. No hay nadie.

En el instante 1.11 del video comienza un ritmo muy familiar para nosotros, los montevideanos: chas, chas-chás, chas-chas. ¿Tamboril de candombe? ¿Ritmo de fusión?

En eso, una voz masculina empieza a cantarle a su chica querida, la luz de sus ojos, la que vive en su imaginación… pero en árabe. La lengua del sirio Amir.

Nour el Ein, un tema de pop árabe de 1996 interpretado por el egipcio Amr Diab, me inspira por su ritmo, su alegría, su interculturalidad implícita. Oriental.

Aprovecho a explicar lo que se oye. Yo, montevideano, escucho música afrouruguaya. Un árabe como Amir, en cambio, escucha su música. Esa es la magia de las múltiples lecturas. Y de los múltiples mensajes contenidos en un mismo vehículo (en este caso, ritmo).

Hoy es mi cumpleaños. Me hago el regalo de generar expectativa.

¿Querés saber adónde me llevó esta canción?

Lo vas a saber pronto. Ya llega Amigos orientales.

ONCE con música

Estos enlaces a Youtube te permitirán acompañar con mucha música la lectura de tu libro Amigos orientales, de la serie ONCE relatos del juego de la vida.

Amir

  • Tóbal entró en la cantina del club. Está fresquito, por fin el aire acondicionado. Invitó a sentarse a Amir y al Paisa, los jugadores más nuevos del cuadro.
    Música sugerida: Nour el Ain, por Amr Diab (1996). https://www.youtube.com/watch?v=KLJA-srM_yM
  • Hola a todas y a todos. Me llamo Amir Salim Hassan. Tengo dieciséis años y vivo en este barrio, la Aguada. Nací en Alepo…
    Música sugerida: Chariots of Fire, de Vangelis (1981). https://www.youtube.com/watch?v=RY3XiM7oGj0
  • Mensajes de texto intercambiados entre Amir, en Montevideo, y su primo Kimal, en Rivera.
    Música sugerida: Desert Rose, de Sting con Cheb Mami (1999). https://www.youtube.com/watch?v=C3lWwBslWqg

Moro

  • El día después. Sin mirada atrás. El apartamento vacío. Las paredes descascaradas. El piso polvoriento, lleno de tierra que vuela de la calle. Silencio.
    Música sugerida: El último mohicano, de Leo Rojas (2012). https://www.youtube.com/watch?v=vupbjmYhpgQ
  • Moro fuma recostado contra la puerta de los apartamentos donde vive, en Porongos y Martín García. En eso, sale Andy. Un vecino y amigo con el que tienen mucho en común.
    Música sugerida: Un amigo es una luz, de Enanitos Verdes (1992). https://www.youtube.com/watch?v=GGavkYUcvMs
  • Moro se pasea despacio por San Martín y Yatay. Trata de hacerse a la idea de la vida que lleva. La vista le arde casi tanto como el regusto amargo del recuerdo…
    Música sugerida: Eju Orendive, de Brô MC’s (2010). https://www.youtube.com/watch?v=oLbhGYfDmQg

Fredo

  • Terminaba enero y Fredo volvía de sus vacaciones en el Este. Tenía que preparar exámenes para rendir en febrero. Pero, claro, no perdía ocasión para salir de noche si se le presentaba.
    Música sugerida: Animals, de Martin Garrix (2013). https://www.youtube.com/watch?v=DuFUtL8zUAk
  • La cabeza de Fredo volvió al tiempo presente. Tenía a Caro con una amiga esperando a que él le confirmase una salida. Y esta vez no contaba con Gonza. Se arregló el pelo frente al espejo y tomó el celular.
    Música sugerida: Mmm Yeah, de Austin Mahone con Pitbull (2014). https://www.youtube.com/watch?v=MMAppa1cAVo
  • Febrero avanzaba, y se venían las fechas de examen. —Gonza, ¿puedo estudiar con vos?
    Música sugerida: Juega sola, de La Teja Pride* (2012). https://www.youtube.com/watch?v=8EwxkG5XJY8

Gonza

  • Antes de que terminase la fiesta de cumpleaños de Mariana, Gonza le pidió a Fredo que lo acompañase hasta su casa.
    Música sugerida: Les petits moulins à vent, de François Couperin (1722). https://www.youtube.com/watch?v=gBqjbDAnefQ
  • Gonza sentía cosas muy sublimes por Mariana. Le faltaban las palabras para decirlo. No quería cortar la magia de esta vivencia, necesitaba tiempo.
    Música sugerida: Grow old with me, de Tom Odell (2013). https://www.youtube.com/watch?v=5rgHYP0dD_4
  • Los padres de Gonza cumplían veinte años de casados. El mismo día, Inés cumplía los cuarenta. Quería festejar con toda su gente querida.
    Música sugerida: A Dios le pido, de Juanes (2002). https://www.youtube.com/watch?v=kMIaYXxLnUA

Muchas gracias por leer y escuchar. Que lo disfrutes.


Si alguien desea descargar el libro de Amazon, este es el enlace:

Veladas paquetas: a tocar el pito

Qué grande el humor. Si es uruguayo, mejor.

Durante décadas, los uruguayos dictaron cátedra de humor en el Río de la Plata. Ya escribí un artículo sobre el tema, hoy quiero mostrar algo audiovisual. Que ya tiene más de tres décadas, pero no deja de ser muy gracioso, además de refinado.

Con la descacharrante presentación de Andrés Redondo, la orquesta formada por Julio Frade (piano), Ricardo Espalter (pito), Enrique Almada (pito) y Berugo Carámbula (guitarra) presenta una variedad de melodías, incluso una de Mozart. Y nos hace rodar por el piso de la risa. Sin perder el estilo ni la calidad.

Ricercar. Buscar. Bach.

En mi canal de Youtube tengo guardado este video en un lugar de privilegio. La obra de Juan Sebastián Bach «Ricercar a 6», procedente de la monumental Ofrenda Musical que le escribió al rey Federico el Grande de Prusia, tiene una estructura increíble. Lo más alucinante: son seis voces (sí, seis) en una incesante polifonía tocada con apenas dos manos en un teclado. Una maravilla.

Aquella juventud

Todos adoran lo que hacés,
cómo hablás, cómo te movés.
Todos te están mirando acá,
te sentís como en casa,
sos un sueño hecho real.

Pero por si estás a solas,
antes de irme, ¿me das un rato?
Estuve a solas toda la noche,
ojalá te hubiese encontrado.

Parecés de una película,
sonás como una canción.
Por Dios, cómo me acuerdo
de aquella juventud.

Quiero retratarte con esta luz
por si es la última vez
que nos vemos como éramos,
antes de darnos cuenta
que es feo ponerse viejos.
Nos alborotábamos.
Era una película,
era una canción.

Me daba tanto miedo mirar mis miedos,
nadie me dijo que ibas a estar aquí.
Yo juraba que te habías ido lejos,
eso me habías dicho al partir.

Seguís pareciendo de una película,
seguís sonando como canción.
Por Dios, cómo me acuerdo
de aquella juventud.

Quiero retratarte con esta luz
por si es la última vez
que nos vemos como éramos,
antes de darnos cuenta
que es feo ponerse viejos.
Nos alborotábamos.
Era una película,
era una canción.

Aquella juventud…

Es complicado admitir
que todo me devuelve
a cuando estabas allí.
Una parte de mí se sostiene
por si acaso no se fue.
Creo que aún me importa.
¿Todavía te importa a vos?

Era como una película,
sonaba como una canción.
Por Dios, cómo me acuerdo
de aquella juventud.

Aquella juventud…

Quiero retratarte con esta luz
por si es la última vez
que nos vemos como éramos,
antes de darnos cuenta
que es feo ponerse viejos.
Nos alborotábamos.
Era una película,
era una canción
de aquella juventud.


Versión libre inspirada en la letra original de la canción When We Were Young, por Adele. Fuente: http://www.azlyrics.com/lyrics/adele/whenwewereyoung.html

Sentirse latino

Sentir latino transfado en mujer
Fuente: Identidad Latina, http://latinai.org/

En mayo de este año se publicó la relación de finalistas del concurso de poesía convocado por Identidad Latina. Cuál no sería mi sorpresa al saber que una de mis obras fue seleccionada para su publicación en la antología del certamen. Desde hace un tiempo está disponible en Amazon: Sentir latino transformado en mujer: poemas con identidad latina.

Así se explica en el anuncio de venta del libro electrónico: «Memoria colectiva con la principal finalidad de mostrar la diversidad literaria que puede tejerse desde una misma identidad, la identidad latina, que este año ha decidido convertirse en mujer. Desde el participante más joven con apenas 15 años, y hasta la más longeva con 84, disfrutamos de poemas creados por personas de más de diecisiete países. Un viaje impregnado de colores, sabores, olores, frutas, músicas y paisajes, pieles, texturas, temperaturas, casas y familias.»

He aquí el poema ganador del primer premio en la categoría «Recetas de color», y otro más de la misma categoría.


Actualización: me vienen pidiendo para leer mis poemas, aquí tienen una recopilación en Wattpad. O también, recorriendo los artículos con la etiqueta «Poesía» en este blog.

Voyage, voyage

La puerta gastada de ese apartamento se abrió de golpe. Andy cantaba a voz en cuello sus baladas rockeras. Cara de copado. Amir se sorprendió al verlo aparecerse así. Andy, como siempre, con su sonrisa contagiosa, extendió la mano para adentro.

–Pasá, bo. Sentate donde quieras.

Amir entró, se sentía medio raro. Los ojos muy observadores recorrían todo, como queriendo tocar algo. El lugar era chiquito, los muros hacía años que no se pintaban, pocos muebles, casi nada de adornos. Andy desapareció por la puerta del dormitorio; en las paredes, parecía que un mar de grafitis diminutos hormigueaba como queriendo seguirlo.

–¿Te gustó la música que te puse ayer? Tengo otra parecida, tenés que oírla, bo.

Entre medio de los grafitis sobrevivían una foto, dos pósters y la cubierta de un disco. Cómo falta un padre acá, pensaba Amir. Pero el pobre Andy no tenía la culpa. Volvió a aparecer, siempre cantando, a buscar una toalla tirada en la mesa.

–Sentate, no te quedes parado ahí. Mirá que voy a tardar. Tomá, bo, escuchate algo, apretá acá –y le dio los auriculares.

Amir no atinó a oír esa música bochinchuda. Tenía la mirada clavada en una de las caras de la pared. Andy le captó en el aire su curiosidad.

–Ah, le copaba a mi vieja. Voyage, voyage. Quiere decir viaje, es en francés. Yo, ni idea, bo. Siempre soñaba con viajar. La cantaba a cada rato. Pero no está tan buena como las que ponía mi viejo. ¡Esas sí que son potentes, bo!

Es tal cual, le falta el padre. Y la madre. De ella, solo queda esa cubierta que ni siquiera la muestra. Es una cantante rubia, mirando de costado, con el pelo bien corto. No usa velo.

(Disponible también en Wattpad)