Como un globo
que se escapa de las manos,
así se han escapado
aquellos maravillosos años.
Cuando el tiempo y la vida
no me hacían daño,
y jugaba todo el día
con amigos y hermanos.
Cuando el horizonte no existía
y todo estaba siempre claro,
no había término medio,
o eras el bueno o eras el malo.
Texto e ilustración de María Míguez