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Y una vez terminado, releer, repasar y luego darle otro par de vueltas más. O tres.
Muy buenas recomendaciones. Un abrazo.
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He leído el artículo que compartes en tu blog, muy útiles los consejos 🙂
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“Cuando apareció la edición inglesa de mi libro Ciudades y edificios, John Summerson, el distinguido historiador inglés, escribió que el prefacio debería haber incluido alguna referencia acerca del tipo de personas para las que se había escrito. Se debería haber avisado al lector para evitarle la decepción y el enfado al descubrir lo elemental que era realmente el libro. Por tanto, ahora me apresuro a decir que me he esforzado en escribir el presente volumen de forma que incluso un adolescente interesado pueda entenderlo. No es que espere encontrar muchos lectores que tengan esa edad, opero si un chico o una chica de 14 años pueden entenderlo, seguramente lo entenderán también personas aún mayores. Además, cabe esperar que el autor mismo haya entendido lo que ha escrito, algo de lo que el lector no siempre puede estar seguro cuando lee libros de arte.”
Steen Eiler Rasmussen, La Experiencia de la Arquitectura (1959)
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Estimado, si te pones a ver quiénes leen libros complejos a «temprana» edad, te sorprenderías+decepcionarías. Sigue existiendo la especie «adolescente muuuy intelectual», te lo juro, y también, como es inevitable, la otra especie, el «no leo un libro ni que me paguen».
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