Fuente: Wikimedia Commons.
Nació acunado en oro.
Vivió caminando por senderos de plata.
Murió en lecho de bronce.
Siempre reinó sobre su vida.
Nunca la logró gobernar.
Siempre con un séquito de asesores.
Nunca anduvo solo.
Así se escribió su historia.
Así de simple y compleja.
¿Por qué rey, y no presidente?
Por una sencilla razón.
Un presidente se elige.
O se hace elegir.
Pero uno no elige nacer en la vida que le toca.
La hereda.
Como un rey.
Nace para ser.