El cenicero está vacío en el medio de la mesa ratona. Papá dejó de fumar hace años. Mamá siempre se quejaba del olor a toscano. Ahora la alfombra está divina, bien tersa y con olorcito a lana. Da gusto tirarse y revolcarse. Uno de los gustos que me doy en casa.
Todavía no llegan papá y mamá. A veces se demoran, cuando hay tráfico para volver del Centro. O cuando tienen que pasar a hacer algún mandado por Dieciocho.
Hoy cumplo veinte. Tal vez fueron a comprar algún regalo, o alguna otra cosa.
No festejamos mucho. Yo nunca fui muy de las fiestas.
Pero ahora estoy empezando a pensar en otras cosas. Conseguirme un trabajo, a ver si hago experiencia y empiezo a tener mi plata.
La plata. Esa cosa por la que tanta gente discute. Que hace tanta falta para vivir y darse gustos. Pero que algunos amontonan sin saber para qué. Seguir leyendo «Diario de mi casa»