Una pareja se fascina en sus primeras semanas.
Ella es agradable y delicada como una porcelana.
Él parece que lucha contra los molinos de viento.
Flor de remolino se les arma en cualquier momento.
Les petits moulins à vent (Los pequeños molinos de viento), exquisita melodía barroca compuesta por el francés François Couperin en 1722, describe la cómica situación de Gonza, un adolescente muy tranquilo y ubicado que, de repente, tiene que rendirle cuentas a su nuevo cuñado. ¿Cómo? Con paciencia para no estropear algo que es muy delicado. Y también, con muchas ganas. Poniendo garra charrúa. Oriental.
Tambores árabes, flautas tristes, golpeteo electrónico, ahora un clavecín barroco…
Te di a entender que Gonza es centrado. Pone orden. Lo que falta acá…
Está bien, te prometo que para la próxima no te sigo recargando de expectativa.
Te la voy a decir de una. El próximo martes, sin falta.
Sin duda hermosa, mil gracias por compartirla 🙂
Me gustaMe gusta