No es prosa, tampoco es poesía.
Ni se trata de una vieja historia.
Son membretes que me pueblan la memoria
y que buscan su lugar todavía.
Un corazón se despliega,
un sentimiento se expande,
una mirada que ruega
que ya nadie más le demande.
Palabras voladas al viento,
andares llevados al tiento.
Mensaje de señas vibrante
cual luna de cuarto menguante.
No se traduce en palabras,
no se interpreta en centellas.
Alcanza un abracadabra.
Es simplemente… ella.
Ella, elle l’a por la exquisita cantante francesa France Gall (1987). Un tema que en aquel entonces inspiraba a este entonces joven soñador que iba a la búsqueda de… ella.
Ya publicado en Letras & Poesía el mes pasado.