Que se vaya a la mismísima…
No la voy a soportar ni un minuto más a esa. Ya no existe para mí. Voy a hacer la mía. A salir, a conocer, a aprovechar. Tener novia, yo. ¡Ja, ja, ja! Después de todo el tiempo que estuve con esa. Después de todas las noches que pasé con esa. Después de todo lo que dejé por esa. Después de todo lo que trabajé en la pizzería para hacerle regalos, ¡a esa! Después, después… ¡después, lo que venga! Seguir leyendo «Revolea»
Etiqueta: Pedri
Recordando a los queridos lectores
Mes aniversario de la publicación de mi primer libro Amigos orientales.
Un amigo loco por los celus
Te venía presentando al más triste y al más amargado. Ahora le toca el turno al más popular. El infaltable flaco macanudo al que todos llaman por un diminutivo como muestra de cariño.
Pedri siempre se aparece de repente. Tira buena onda para los amigos y guiños cómplices para los socios en potencia. Porque también tiene un fino olfato comercial heredado de sus padres. Siempre busca estar bien con todos, no quiere guerra ni pelea. Además, tiene una verdadera locura por los celus. Colecciona teléfonos celulares, los muestra, los presta, se los piden, a veces los pierde.
Loco por los celus. Eso suena con un doble sentido: ¿loco por los celos? Celoso de la hermana, sin duda. Pero las veces que tiene una discusión con un amigo, siempre agota su enojo para terminar mostrando una amplia sonrisa con dientes enormes.
Pedri es muy generoso para abrir su casa, que siempre está concurrida. No se le da por concurrir a la iglesia, aunque no duda de su fe en Dios.
La creencia en Dios será el tema determinante en los personajes que van faltando dibujar. Y no te imaginás qué distintos que pueden llegar a ser. Empezando por el más calladito. No te lo pierdas la semana próxima.
El equipo está listo. ¡A la cancha!
Esta semana se lanza Amigos orientales. Amir, Tóbal, Fredo, Moro, Jagu, Andy, Paco, Paisa, Tris, Pedri y Gonza pronto estarán desbordando las librerías, las estanterías, las bibliotecas, las mesas de luz. ¿Querés verlo todo?
Ya lo encontrás en las librerías de Uruguay.
O pedímelo que te lo envío por correo.
O si preferís Kindle, ya lo tenés en Amazon.
Amigos orientales, por Fabio Descalzi. Baluarte, 2017, 184 páginas. ISBN 978-9974-91-583-1.
Si querés descargarlo de Amazon, este es el enlace:
Once amigos. Aquellos primeros trazos.
Un borrador, bosquejo, esbozo, como quieran llamarle. Cuando se te da por crear, siempre tenés cosas bosquejadas en los cajones, en la mesa, hasta en tu bolsillo.
Esta imagen es el borrador de una de las láminas para la serie ONCE relatos del juego de la vida. Un proyecto que me llena de ilusión.
Pero no podés vivir de ilusiones, tenés que hacerlas realidad. Por eso, cuando decidí publicar este proyecto (o su parte visible), resolví que era necesario tener un buen gancho visual. Con amigos que me asesoraron encontré un ilustrador excelente. Seguir leyendo «Once amigos. Aquellos primeros trazos.»
Amigos orientales. Mi libro publicado. A un año del inicio del blog.
El 13 de junio ya hace año de que empecé a escribir en este blog. Te doy las gracias a vos por seguirme siempre. Por alentarme a seguir. Me acompañaste a lo largo de este apasionante año. Sumaste a mi experiencia, a mis expectativas, a mi sentir. Como decís por acá: gracias por hacerme el aguante. O, como se dice por todas partes: te agradezco por tu compañía, hermano.
Este blog, con el que tanto me acompañaste, es apenas la parte visible de lo que me pasó todo este tiempo. Una vidriera de ideas, inquietudes, aspiraciones y gustos culturales. Mientras tanto, yo seguí ocupado tras bambalinas en un trabajo que ya había comenzado hace casi tres años. El resultado de todo este tiempo de labor es mi primer libro, Amigos orientales.
Se divide en cuatro capítulos, uno para cada protagonista. Ambientado en un tradicional barrio de Montevideo, Amigos orientales te cuenta las andanzas de los cuatro pibes que ves en la imagen: Moro, Fredo, Gonza, Amir. Los acompañan en todas sus amigos y compañeros de cuadro: Andy, Jagu, Tris, Tóbal, Paco, Pedri y el Paisa. Sí, los ONCE orientales (la mayoría, uruguayos) que juegan al fútbol. Pero el fútbol es apenas un pretexto para que se junten. No es (solo) una novela sobre fútbol, es sobre la vida misma.
Forma parte de ONCE relatos del juego de la vida, un proyecto más ambicioso que me ocupa desde aquel lejano octubre de 2014, con mucha ilusión. Está imaginado y escrito por un adulto con adolescentes en su familia. Un adulto que también supo ser adolescente. Ahora sale a la calle y a la cancha este equipo de personajes, listo para darse a conocer. Con todas las cosas que les pasan, se les ocurren, inventan, cómo se la juegan por lo(s) que quieren…
Ya sé que los adultos van a disfrutar de muchas de sus páginas. Porque es seguro que vos, que ya peinás canas, también te vas a acordar de aquella vez que…
No te lo pierdas.
Amigos orientales, por Fabio Descalzi. Baluarte, 2017, 184 páginas. ISBN 978-9974-91-583-1.
Te lo puedo enviar a domicilio. Para Uruguay, Mercado Libre. Otros países, consultar.
Disponible en librerías:
- Isadora Libros
- Librería Pocho
- El Virrey
- Librería del mercado
- Libros Libros
- La Librería (Terminal Tres Cruces)
- Puro Verso Librería
- Las Karamazov
- Purpúrea
- Escaramuza
- Bookshop
- Papacito
- Feria del Libro
- y muchas más.
Si querés descargarlo de Amazon (para dispositivos móviles), hacé clic aquí.
Y si querés escuchar la música, acá está toda: ONCE con música.
Sufrido pesar

Una necrológica municipal. Un lugar vacío adonde no va nadie. Pero los amigos sí que fueron.
Moro les pidió para estar primero él solo.
—Déjenlo tranquilo. —Tris sabía que Moro no quería que vieran sus lágrimas.
Entró a ese lugar, donde el cajón descubierto lo hizo estallar en llanto. Moro pegó con los puños en la pared mientras seguía gritando y llorando. Todos se pusieron muy nerviosos con ese olor a plástico quemado y pétalos mustios. No era normal.
—¡Así no! ¡Este pibe se terminó de enloquecer! —dijo Pedri, ofuscado.
—Esto no me gusta. Voy a entrar ya mismo —dijo Tris, más enojado.
Gonza apartó con sus brazos grandotes a los demás. No se podían apurar a entrar. Tris lo conocía más, sabía lo que hacía. Cuando entró, vio a Moro tirado en un rincón, tapándose la cara con las manos. Frente al cajón había una gran corona de claveles rojos; en donde habría estado la cinta con el nombre, las flores estaban chamuscadas.
De a poco fueron entrando los demás.
Cuando hay duelo, uno tiene que hacer lo que siente.
El Paisa, con toda sencillez, se acercó al cajón, se santiguó, estuvo unos instantes con la cabeza gacha, los ojos semicerrados. Hizo una reverencia cortita, volvió a santiguarse y se apartó.
Casi todos se fueron persignando, algunos sin ganas. Les preocupaba más el dolor de Moro.
Pili les dio la mano a Andy y a Jagu. Con candor pronunciaron la plegaria a Dios y a la Virgen del Pilar, por el descanso de esa alma. Después, hicieron silencio.
Nadie se inmutó con lo que había en el cajón, justo al lado del rostro de la difunta.
Un clavel del aire.
Moro sí se imaginaba quién lo podría haber traído. Alguien que no tenía ni para comprar una margarita.
¿Gabi?
¡Cobarde! Entró, miró y voló. Antes que todos. ¿Cómo supo?
No.
Mejor dejar las cosas así. No preguntes nada. No cuentes nada.