Etiqueta: Niño

Inmenso solitario

Desganado, arrastró los enormes pies por el piso acanalado de las duchas. No quería mirar a la cara a los mequetrefes que soltaban guarangadas. Que jugaban a ser hombres grandes sin haber siquiera cumplido los quince. Cuando por fin algunos volaron al vestuario y muchos más bajaron a la piscina, se pudo aflojar y soltar un suspiro de alivio. El único de esa mañana.

Porque ahora le tocaba a él bajar esa escalera tan larga. Como una pasarela de modelos, un desfile de alevines livianos, un vendaval de vitalidad cuesta abajo y patas para arriba. Y él, lento, pesado, sudando. Soportando las miradas, los silbidos y las chanzas. Una timidez andante. Un niño con cuerpo de gigante.

Allá abajo, los diablos se pinchaban y empujaban, se caían al agua y chapoteaban, se hundían hasta el fin y saltaban como delfines. Él se dio vuelta contra la pared. No quería ni pensar en el escándalo que iba a ser su zambullida. En el oleaje que iba a provocar, como un elefante de circo en el agua. ¿Por qué justo él tenía que ser tan robusto? ¿Por qué ese metro noventa a los catorce?

Publicado en Letras & Poesía.

Me(n)sura

guy feet solesAyer cumplí catorce.
Estoy muy alto, crecí mucho hace poco.
Y estoy tranquilo, solo, en el jardín de atrás de casa, cómodo y fresco. Nadie me molesta. Camino tranquilo. Descalzo sobre el pasto. La gramilla me cosquillea. Me mido tranquilo. Me tanteo tranquilo. Más cosquillas.
Desde los doce tengo la costumbre de medirme con los pies.
A la hora que el sol les hace arrojar una sombra perfecta a las macetas del jardín, me paro descalzo en el mosaico del patio, lleno de dibujos, observo el punto en donde recae mi sombra, una flor, una hoja, un firulete, y después mido mi sombra, caminando desde donde estaba parado hasta ese punto donde vi recaer mi sombra.
Hoy me sorprendí, mido seis pies y medio. Seguir leyendo «Me(n)sura»

¡Campeones, a leer!

Logo C A Carabelas¿Quién dijo que los chiquilines no leen? Ahora, vos también podés ayudar a fomentarles este sano hábito. Es muy fácil.

El año pasado tuve el enorme gusto de conocer a Bruno Quarneti, director técnico de la Generación 2006 del Club Atlético Carabelas. Este entrenador de fútbol pone toda su pasión y empeño en hacer de un cuadro de barrio una verdadera segunda casa en donde no solo se aprende a jugar un deporte, sino también valores. El valor del esfuerzo, del trabajo en equipo, de la solidaridad. Y, no está de más recalcarlo: de la instrucción. Al respecto, vale la pena contar una anécdota, que a su vez nos lleva a un sencillo pero necesario llamado de colaboración a los lectores que lleguen a esta página. Seguir leyendo «¡Campeones, a leer!»

Fraterno amor

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Entrando en la plaza de comidas del centro comercial, Ismael lleva tomada de la mano a Alicia. Camina rápido, encuentra uno de los últimos lugares libres; ¡qué suerte a esta hora! Tiene la cabeza llena con otros asuntos que no se arreglan tan fácil.

—Isma, qué lindo que te queda ese equipo deportivo negro con las tres rayas blancas. ¡Parecés tan grande…!

—Dale, Ali, sentate ahí. Ya mismo.

Ismael agacha un poco la cabeza, que queda detrás de las hojas verdes artificiales. Alicia se acaricia los rulos, tranquila.

—Isma, ¿por qué nos sentamos así, como escondidos entre las plantas?

—Eeeh… nada, Ali. Nada. Cosas mías. Seguir leyendo «Fraterno amor»

Bebé (y porvenir)

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Mis dedos no se tuercen.
Mi boca ya no tiembla.
Mis ojos no se cierran.
Mis piernas nada pueden.

Busca que te busca esa ayuda,
piensa que te piensa esa idea.
Algo que me saque, lo que sea,
aunque sea un resabio de duda.

Quiero retozar en mi cuna
y así comenzar a vivir.
Ansío gozar mi ventura,
sea cual sea el sentir.

Richard Clayderman toca Balada para Adelina de Paul de Senneville y Olivier Toussaint (1976). Esta melodía parece dibujar los rasgos de una criatura recién nacida, frágil e indefensa en su cuna, que quiere aventurarse en el mundo que tiene por descubrir. Pasan las décadas y esta música se escucha con la misma sencillez de siempre.


Originalmente publicado en Letras & Poesía el pasado mes de abril.

El ómnibus de juguete del banco

Banco Transatlantico omnibusMiro el ómnibus de juguete, ese que dice «BTU», y me llena de ternura. Me acuerdo cuando era un chiquilín, ¡cómo me gustaban esos chiches! En casa había de todo: camioncitos, autitos, un robot astronauta, un trencito a pila y los ladrillitos del Lego. Y, por si fuera poco, a la hora de la siesta me iba a la cocina, agarraba ollas y tapas, y me ponía a hacer ruido, copiando a un baterista. Digan que mi abuela dormía como un tronco, que si no, me hubiera dicho de todo… ¡el nene embromando a la hora de la siesta! Seguir leyendo «El ómnibus de juguete del banco»