Ladrillo a ladrillo se va levantando una pared. Palabra a palabra se va tejiendo un texto. Memoria constructiva, pliego de condiciones, rubrado de obra, manual de instrucciones. También, patente de invención, ensayo de materiales, peritaje judicial.
Todos esos tipos de textos van pasando por mi estudio profesional desde hace más de trece años. Si considero también mi experiencia laboral anterior, casi dos décadas que los vengo leyendo y traduciendo. Del alemán al español, sí. Para clientes por todas partes del mundo.
Y siempre aparecen ayudas lexicográficas como esta: Das Baulexikon.
Desarrollado sobre la base de inquietudes originalmente planteadas en el portal de la construcción Baumarkt, hoy cuenta con más de 13.000 entradas. También incluye secciones especializadas: abreviaturas, maderas, sustancias peligrosas, de todo. Hasta un espacio para el humor.
Pero no es broma. Da mucho trabajo encontrar la terminología correspondiente. A falta de diccionarios bilingües, esta obra en línea alivia el trabajo de la comprensión, de la interpretación del concepto. Esa es también mi labor.
Fabio Descalzi, arquitecto (UdelaR, 1996) especializado en traducción de documentación técnica. Pueden ver más detalles en el sitio web www.ScriptArch.com.
Hace tiempo que tenía pensado escribir algo así, pero esperaba algún motivo. ¿Comienzo de año? ¿Cumpleaños del blog? Parece que, si no hay un motivo, es escribir por escribir, igual que hablar por hablar. Como si escribiera porque me ha pasado algo en concreto. Y no.
Escribo esto porque, en ocasiones, las redes pueden ser nocivas, porque nos llevan a engaño o nos hacen sentir mal. Escribo para ti, alumno que me lees habitualmente y que, quizá ya en cuarto, no sabes qué hacer con tu vida cuando termines la uni. Pero también escribo para mí, que en ocasiones va bien echar la vista atrás para ver qué ha funcionado, qué no, y ver por dónde va bien seguir.
Sobre todo escribo porque hace tiempo que observo cierta amargura o frustración en algunos casos: «En el grado nos lo pintan todo negro», «Nunca me habían explicado esto y no sé…
El sujeto traductor sufre con su invisibilidad. Al mismo tiempo, su conocimiento es finito. La única manera de lograr la mejor traducción posible para una situación intercultural dada es siendo fiel a su propio proyecto de traducción. Es la única forma en que el sujeto traductor puede estar seguro de jugar limpio ante las incertidumbres que presentan los ámbitos inexplorados. Un tributo a Antoine Berman, filósofo y crítico de la traducción.
Así se resume la ponencia que presentaré en la IV Conferencia Internacional de IAPTI (Asociación Internacional de Profesionales de la Traducción y la Interpretación), que se realizará en el Hotel Claridge de Buenos Aires los días 22 y 23 de abril de este año. Todas las presentaciones serán en inglés.
Jonathan es un adolescente berlinés, hijo de un filipino y una alemana, de vacaciones en Manila. Se escapa del hotel y lo roban en un barrio peligroso de la ciudad. Un grupo de chicos de la calle lo ayuda, pero todos son apresados por la policía y van a dar a la cárcel. Como cientos de chicos más, quedan encerrados en condiciones infrahumanas. Jonathan no tiene manera de comunicarse con sus padres, no tiene documentos ni dinero. Una pesadilla se le hace realidad. Recién varias semanas después, con un truco logra ponerse en contacto con sus padres, que finalmente pueden rescatarlo de la cárcel. Pero sus nuevos amigos quedan adentro.
Hace varios años, un amigo me pidió que le hiciese un favor: traducir al español esta obra de teatro juvenil, cuyo original en alemán Knastkinder fue escrito por Rüdiger Bertram en 2007. La labor de traducción representó un gran desafío. El texto, si bien es muy simple y lineal, fácil de entender, también está lleno de horrores. No solo miserias humanas, también muchas palabrotas. Como no es posible traducir las malas palabras de manera genérica, opté por el español rioplatense en su variante montevideana, y el título elegido fue Botijas en cana. Fue mi involuntario inicio en la traducción literaria. ¿Una primera influencia para escribir ficción sobre problemáticas de adolescentes…? Si quieren, pueden leer la obra completa haciendo clic aquí.
Knastkinder, obra de teatro de Rüdiger Bertram, 2007. Disponible también como libro (en alemán). Rowolt, 2009, 128 páginas. ISBN 9783499214974.
¡Muchas gracias al público lector por la votación recibida! ¡¡Y además, por partida doble! Lo más gracioso es que me enteré por WhatsApp y chat de Facebook, dos amigos que se apuraron a ver este video antes que yo.
Acaban de ungirme «Mejor escritor de Latinoamérica» en el blog Letras & Poesía, en el que participo desde hace meses. Estoy emocionado, más si se tiene en cuenta que los demás candidatos tienen más veteranía que yo en estas lides: Jorge Romero (Colombia), Arianna Frencia (eritrea residente en República Dominicana), Thais Aliss (Bolivia), Gabriela Urbina (México), Araceli Sánchez (México), Ana María González (México); tuve el honor de representar a Uruguay. Ha sido un verdadero gusto formar parte de este grupo de nominados. Queda hecha la invitación a visitar sus escritos, se van a deleitar.
Entre las múltiples categorías técnicas de blogs presentes en la plataforma WordPress, estuve nominado como «Mejor blog de traducción«. No dejen de visitar el blog de Olga, 20.000 lenguas… la verdad, ella tenía más mérito que yo, porque su blog tiene dedicación exclusiva al tema.
¡Gracias, L&P, por esta distinción!
¡Mil gracias, lectores, por la ovación! (Sí, esta votación se siente así, como un aplauso silencioso pero estupendo).
LibreOffice sería la primera suite ofimática en ser traducida al guaraní, una lengua originaria de Sudamérica hablada por más de 6 millones de habitantes en el subcontinente. La lengua es una herramienta fundamental a través de la cual no sólo construimos, procesamos y entendemos el mundo que nos rodea, sino también nos comunicamos y transmitimos información de generación en generación.
El acceso a la información y a las herramientas tecnológicas se constituye en una herramienta fundamental para el desarrollo de los pueblos. Acceder a información y herramientas en la lengua materna tiene un gran impacto en la vida y crecimiento de las personas porque facilita un entendimiento más profundo de las herramientas, lo que conduce a una mayor apropiación y aprovechamiento de las mismas.
No existe una lengua que no pueda crecer con sus hablantes para expresar el mundo actual en constante cambio y el progreso de las ciencias y la tecnología, lo que sí existen son el prejuicio y la exclusión.
En un país con una mayoría de guaranihablantes en situación de diglosia, en la que el español tiene preferencia en la administración del Estado y la provisión de servicios, inclusive en la política educativa del Estado, la traducción de LibreOffice al guaraní representa un punto de inflexión en la historia. Primero, porque se rompe con el prejuicio de que las lenguas originarias de América no puedan ingresar al mundo de la tecnología y la internet, y segundo, porque contribuirá con la revalorización del guaraní y a levantar el autoestima de poblaciones a las que por años se les limitó la capacidad de crecimiento y desarrollo personal por medio de una deficiente educación, en una lengua que no es la suya y proveyéndoles conocimientos desconectados de su realidad y de sus necesidades.
El equipo de desarrollo de este proyecto está conformado por la Secretaria de Políticas Lingüísticas del Paraguay, la Universidad Nacional de Asunción, Facultad Politécnica, Instituto Superior de Lenguas, y Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní.
Hoy, 30 de setiembre, es la festividad de San Jerónimo de Estridón, santo patrono de los traductores, bibliotecarios, intérpretes, estudiosos y académicos de las sagradas escrituras. Jerónimo nació a mediados del siglo IV y se destacó como el traductor de la Biblia, la llamada Vulgata, en latín.
Es con este motivo que hoy se festeja el Día Internacional del Traductor. ¡Felicidades a todos los colegas y amigos!
Mientras las palabras y frases se siguen tejiendo como finas hebras, también la tecnología del lenguaje progresa. Muchos idiomas se han ido enhebrando en la red de redes. Algunos presentan grandes desafíos por su complejidad y variedad. La hermosa lengua guaraní, hablada por varios millones de personas en el corazón de Sudamérica, no podía ser excepción. A continuación se presenta una lista con algunos recursos informáticos para facilitar su aprendizaje, difusión, uso y traducción. Seguir leyendo «Recursos informáticos para el guaraní»→
Los días viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de agosto del corriente año, la Fundación Yvy Marãe’ỹ realiará el “Seminario Internacional sobre Traducción, Terminología y Lenguas Minorizadas. Jaguerojera Ñane Ñe’ẽ Guarani”. El evento tendrá lugar en su local de la ciudad de San Lorenzo, Paraguay. Están todos invitados.
Un mercado no es otra cosa que un montón de necesidades y oportunidades de satisfacerlas. Con esta definición, parecería que todo es mercado. Bueno, no todo; pero casi. Si pensamos que en una lengua se usan miles de palabras viejas, nuevas, anticuadas, recuperadas, resignificadas, cambiadas, bastardeadas, prestadas… sí, es un mercado. Listo. ¿Y entonces?
Una lengua también tiene su propio mercado entre la gente. Se la vende bien y le damos valor, o se la esconde y la asfixiamos. Aquí no queremos ningunear ninguna lengua, queremos que valgan, que se aprecien, que la gente las compre. Que las oiga con gusto. Que aprecie y use su rico vocabulario.
Si se trata de una lengua hablada en un ambiente cultural en inferioridad de condiciones frente a otra cultura con un rol más destacado, inevitablemente se sufren procesos de erosión lingüística, se adoptan préstamos y calcos, se extranjeriza parte de la lengua propia. Un proceso no exento de conflictividad, pero muchas veces llevado por la necesidad.
Y al hablar de necesidades, volvemos a lo que es un mercado: un cúmulo de necesidades que se busca satisfacer. Si la terminología no satisface las nuevas necesidades, es porque la solución pasa por crear neologismos. Y ahí es donde llegamos a los temas de traducción, cultura, identidad. Y ética.
Un autor que menciono con mucho gusto en el ámbito traductoril es Antoine Berman. A partir de su obra se fue planteando un giro ético en traducción. Sería muy largo adentrarnos en eso; pero, para resumir algo que sirva en estos apuntes sobre terminología y neologismos, quiero hacer hincapié en un concepto: experiencia. La necesidad de reflexionar sobre la experiencia acumulada en la generación de textos traducidos, y en la producción de terminología que acarrea inevitablemente. Una tensión muy grande aparece cuando se entiende a la traducción como una reescritura, como una creación de algo que se sabe incompleto, tan incompleto como el propio escritor y como el sujeto traductor. La ética hace posible la traducción, consiste en aceptar la traducción como texto otro, como escritura, como experiencia que el traductor desarrolla durante su tarea.
Frente a tantos planteamientos centrados en lo lingüístico, Berman propone un enfoque diferente, centrado en la crítica. Se puede criticar mejor lo que se experimenta. La experiencia nos termina remitiendo, a su vez, a otro concepto relacionado con el ámbito cultural: descolonización. Pero eso ya merecería otro espacio. Es una ardua tarea para el día a día.
Sea como fuere, se tropieza con un montón de obstáculos al salir a ese mercado de palabras. Existe una obsesión por distinguir entre usos correctos y usos incorrectos, el purismo, el misoneísmo (rechazo cerrado de «lo nuevo»), la descalificación de usos (lo que «me suena mal», las palabras «feas», etc.) y una nostalgia por un pasado (a veces inexistente) en el que supuestamente se hablaba mejor.
También se perfilan inesperadas tendencias a futuro. Si nos fijamos en el caso de África Subsahariana, se está dando un intenso intercambio económico y cultural con China, incluso a nivel literario. Esto plantea nuevas influencias entre culturas y, por qué no, nuevos retos terminológicos.
Un gran desafío espera. Llenar un nicho de mercado con neologismos que, en la medida de lo posible, representen lo propio (o la apropiación), pero sin perder de vista la permanente e inevitable existencia de lo Otro.
El debilucho empeoraba rápido,
me buscaron para intentarlo,
averiguar si tenía el aquejado
un familiar por algún lado.
En español nada me hablaba;
qué le preguntase, no importaba,
todo lo respondía en otro idioma;
y yo, que la cabeza me carcoma.
“Ne signifie rien”, me decía,
las pocas veces que balbucía;
“això no significa res” le vino,
que para mí era como chino.
Pregunté por su parentela
que de visita venir pudiera,
mientras busqué fotografías
por si alguien se me aparecía
que alguna respuesta me diera,
pero nada, ni siquiera una nuera.
El hombre frágil apenas miraba
con una mueca de desagrado.
Por ahí también se especulaba
con una hermana en el poblado.
“Das bedeutet nichts”,
decía, y “dit betekent niets”.
Hoy falleció el anciano,
no sé por qué estoy llorando.
Hace tiempo que en esto ando,
viéndolos morir a desgano.
Recién volvía del café,
para los dos pedí capuchino;
pregunté si tenía amigos,
“non significa niente”, lo sé.
Me imaginé inmune a la muerte,
la experiencia me anestesiaba;
pero él, con su último suspiro,
susurró “esto no significa nada”.
the frail man was declining fast,
i was hired to care
and try to find out if he had
some family somewhere.
he didn’t speak in english;
whatever i would ask,
he’d answer in some foreign tongue,
intensify my task.
“ne signifie rien”, he’d say,
the few times he would speak to me
or “δε σημαίνει τίποτα”
which only sounded greek to me.
I asked about relations
who might come in for a visit
while searching for some photographs
whose subjects might elicit
some response that i could use
to find his long-lost kin.
the frail man only watched me
with a small off-putting grin.
there had been speculation
of a sister in Nevada
“das bedeutet nichts”
he’d say, and “no significa nada”
the old man passed away today
can’t figure why i’m crying.
i’ve been at this far too long,
seen so many dying.
i’d just got back from starbucks
where I got us both a venti,
I asked again if he had friends
“non significa niente”.
i thought i was immune to death,
experience was numbing,
but when he died, with his last breath
he whispered “this means nothing”
Muchos me preguntan qué hace un arquitecto dedicado a la traducción. Sucede que fue una vocación tardía, como suele sucederle a casi un cincuenta por ciento de los traductores. Una inclinación descubierta en una instancia diferente, liberadora de la mente. Fue allá por 2001, después de un largo año de intensas vivencias de mediación intercultural. Me atreví a decirlo con todas las letras: si voy a integrarme a un equipo de arquitectos, ingenieros y constructores, ¡quiero ser el traductor de ese equipo! Palabras más, palabras menos, así fue como comenzó todo. El resto fue mucha agua que pasó bajo el puente. Seguir leyendo «¿Traduzco un proyecto, o proyecto lo que traduzco?»→