Etiqueta: Literatura rioplatense

Tan sol(ter)o de vuelta

El Turco está sentado en el cordón de la vereda. Se le acerca el hermano.

–¿Qué te pasa, che?

–Otra vez…

–Juaa, te volvió a patear aquella.

El Turco lo mira de reojo, masticando rabia.

–Y que no vaya a decir que no la supe entender. Porque mirá que la pasó bien conmigo, ¿eh?

–Lo que pasa, es que…

–Se le dio por volver con ese tarado nariz para arriba. El novio que tenía antes.

–El mismo que ya te la había sacado el año pasado, ¿eh? Seguir leyendo «Tan sol(ter)o de vuelta»

Tinto y tristón

–Mi rincón. Monoambiente en buhardilla. Y con vista sobre edificios antiguos. Tiene onda, ¿eh?

–Bien para vos. No sé por qué, siempre te imaginé en un lugar así.

–Sentate, te voy a servir algo para brindar. Mirá.

Le acerco la botella.

–Lambrusco. Siempre quise probarlo.

–Tinto y dulzón. Buenísimo.

Descorcho la botella. Sirvo dos copas, chocamos y probamos. Yo apenas mojo los labios, disfruto del sabor a bayas. Mi primo la olfatea, pone cara de deleite, degusta un poco. Supo ser un buen catador de vinos. Aunque últimamente, no tanto como antes. Después de paladear y saborearse el acabado, vuelve a acercar la copa a los labios. Para mi sorpresa, en un envión se la baja toda. Me pide más. Seguir leyendo «Tinto y tristón»

Navegante del asfalto

La tercera persona

Mucho solemos hablar de nuestra ciudad tranquila, de un pueblo grande en donde no pasa nada. Pero en medio de la rutina, hay personajes anónimos que corretean de un lado para el otro, viviendo aventuras y desdichas sin solución de continuidad. Alguno, ni sabe bien quién es, pero igual busca, bebe y baila. Y cómo. Seguir leyendo «Navegante del asfalto»

Sufrido pesar

Weyden,_Rogier_van_der_-_Descent_from_the_Cross_-_Detail_women_(left)
Detalle de El Descendimiento de la Cruz, de Rogier van der Weyden (1435).

Una necrológica municipal. Un lugar vacío adonde no va nadie. Pero los amigos sí que fueron.

Moro les pidió para estar primero él solo.

—Déjenlo tranquilo. —Tris sabía que Moro no quería que vieran sus lágrimas.

Entró a ese lugar, donde el cajón descubierto lo hizo estallar en llanto. Moro pegó con los puños en la pared mientras seguía gritando y llorando. Todos se pusieron muy nerviosos con ese olor a plástico quemado y pétalos mustios. No era normal.

—¡Así no! ¡Este pibe se terminó de enloquecer! —dijo Pedri, ofuscado.

—Esto no me gusta. Voy a entrar ya mismo —dijo Tris, más enojado.

Gonza apartó con sus brazos grandotes a los demás. No se podían apurar a entrar. Tris lo conocía más, sabía lo que hacía. Cuando entró, vio a Moro tirado en un rincón, tapándose la cara con las manos. Frente al cajón había una gran corona de claveles rojos; en donde habría estado la cinta con el nombre, las flores estaban chamuscadas.


De a poco fueron entrando los demás.

Cuando hay duelo, uno tiene que hacer lo que siente.

El Paisa, con toda sencillez, se acercó al cajón, se santiguó, estuvo unos instantes con la cabeza gacha, los ojos semicerrados. Hizo una reverencia cortita, volvió a santiguarse y se apartó.

Casi todos se fueron persignando, algunos sin ganas. Les preocupaba más el dolor de Moro.

Pili les dio la mano a Andy y a Jagu. Con candor pronunciaron la plegaria a Dios y a la Virgen del Pilar, por el descanso de esa alma. Después, hicieron silencio.


Nadie se inmutó con lo que había en el cajón, justo al lado del rostro de la difunta.

Un clavel del aire.

Moro sí se imaginaba quién lo podría haber traído. Alguien que no tenía ni para comprar una margarita.

¿Gabi?

¡Cobarde! Entró, miró y voló. Antes que todos. ¿Cómo supo?

No.

Mejor dejar las cosas así. No preguntes nada. No cuentes nada.

Safe Creative #1604217280829

Estaciones cambiadas

Otoño un lunes portada
En Otoño un lunes, la autora Lorena Giménez nos lleva de viaje por las almas de dos personas que no encuentran su lugar en un mundo ancho y ajeno. Tal vez sea por sus orígenes familiares deslocalizados, o por sus disímiles ansias de vivir a pleno. La narradora sufre con su dificultoso amor por Dino, ese chiquilín grande que se encierra tras un infranqueable muro, pero igual la retruca en un onírico personaje literario. Seguir leyendo «Estaciones cambiadas»

Río sin rumbo

SONY DSC

No tengo rumbo.

        No tengo cara.

No tengo historia.

        Nada.

                Tristeza.

        Soledad.

Silencio.

        Vacío.

                Miedo.

        Inmensidad.

La bahía se mece de un lado,

        el río color león se embravece del otro.

La escollera tiene ese qué se yo,

        que divide aguas, separa… aleja…

aparta del inalcanzable horizonte

        donde Yasí, desesperada, busca a su amado.

Ecos de la sirena nadadora entre las islas

         del Río Uruguay, que el corazón añora…

Flotando aguas abajo, los camalotes bajan,

        se depositan en las arenas de la taza de plata.

Un niñito que llora y gime

        como charaboncito en la inmensidad desolada.

Ecos que resuenan en la Gruta del Palacio;

        susurro de las hojas del ombú solitario.

Soledad que se refleja en las ondas

        de algún río ancho como mar.

(Disponible también en Wattpad)

Safe Creative #1604217280829

Sumiso lamento

Rosario_madera_sobre_piedras

La puerta gastada del apartamento se cerró chirriando. No es como en lo de Andy, que siempre hay alegría. Aquí pesa un silencio plomizo.

Moro se desplaza por las piezas, parco, con pereza. En el lecho yace la madre. Hace ya varias semanas que casi no se levanta. Las gastadas manos de india recorren las cuentas del rosario. Los ásperos labios murmuran mensajes mesurados.

En el patio vuelan dos colibríes. Buscan el néctar de unas florcitas blancas que crecen entreveradas con las verdes hojas de la enamorada del muro. Moro mira por la ventana. Cómo le gustaría ser colibrí para libar néctar…

Pero no tiene suerte. Bastante con que lo pusieron de delantero en el cuadro de fútbol. Se tiene que contentar con eso. No estudia, no trabaja, no hace más nada que ir al club, donde lo becaron. También le hace los mandados a la madre, le da de comer, la ayuda a levantarse. Siempre lo hacía todo ella sola. Pero ahora está cada vez más desganada. Está muy mal, pero lo resiste.

Moro la acompaña al baño. Espera afuera. Vuelve a entrar. Le da el brazo para que regrese a la cama. Después, vuelve al baño, tira la cadena del water. ¡Qué ganas que tiene de tirar la cadena a tantas cosas! Pero los ojos de mujer pacienzuda de su madre le siguen insistiendo sin hablar. Hay que consolarse con lo que se tiene.


Texto presentado al proyecto #TextosSolidarios.

Publicado también en Letras & Poesía, ver aquí.

Voyage, voyage

La puerta gastada de ese apartamento se abrió de golpe. Andy cantaba a voz en cuello sus baladas rockeras. Cara de copado. Amir se sorprendió al verlo aparecerse así. Andy, como siempre, con su sonrisa contagiosa, extendió la mano para adentro.

–Pasá, bo. Sentate donde quieras.

Amir entró, se sentía medio raro. Los ojos muy observadores recorrían todo, como queriendo tocar algo. El lugar era chiquito, los muros hacía años que no se pintaban, pocos muebles, casi nada de adornos. Andy desapareció por la puerta del dormitorio; en las paredes, parecía que un mar de grafitis diminutos hormigueaba como queriendo seguirlo.

–¿Te gustó la música que te puse ayer? Tengo otra parecida, tenés que oírla, bo.

Entre medio de los grafitis sobrevivían una foto, dos pósters y la cubierta de un disco. Cómo falta un padre acá, pensaba Amir. Pero el pobre Andy no tenía la culpa. Volvió a aparecer, siempre cantando, a buscar una toalla tirada en la mesa.

–Sentate, no te quedes parado ahí. Mirá que voy a tardar. Tomá, bo, escuchate algo, apretá acá –y le dio los auriculares.

Amir no atinó a oír esa música bochinchuda. Tenía la mirada clavada en una de las caras de la pared. Andy le captó en el aire su curiosidad.

–Ah, le copaba a mi vieja. Voyage, voyage. Quiere decir viaje, es en francés. Yo, ni idea, bo. Siempre soñaba con viajar. La cantaba a cada rato. Pero no está tan buena como las que ponía mi viejo. ¡Esas sí que son potentes, bo!

Es tal cual, le falta el padre. Y la madre. De ella, solo queda esa cubierta que ni siquiera la muestra. Es una cantante rubia, mirando de costado, con el pelo bien corto. No usa velo.

(Disponible también en Wattpad)

Una jornada en la vida de un teletrabajador fraybentino

frigorifico_anglo-_-_fray_bentos_-_rio_negro_-_uruguay
El antiguo edificio del Frigorífico Anglo del Uruguay en Fray Bentos. Fuente: Wikimedia.

Son las 7 y media de la mañana en Fray Bentos, y el informativo de CX 160 Radio Litoral despierta a Yamandú con noticias de una guerra muy lejana. Yamandú se refriega los ojos, se levanta, y se dispone a despertar a Nahuel, como todas las mañanas. Los primeros rayos del sol ya tiñen las aguas del Río de los Pájaros Pintados; el mismo río que ciento cincuenta años atrás viese nacer a su querida ciudad natal al ritmo de la naciente industria cárnica uruguaya y mundial. Seguir leyendo «Una jornada en la vida de un teletrabajador fraybentino»

Cuando un grande es personaje

cartagena-amengual

Desde hace algunos años sigo la obra novelística de Claudia Amengual, caracterizada por su delicadeza para tratar temas actuales de la sociedad. El año pasado le llegó el turno a Cartagena, una novela ambientada en la homónima ciudad colombiana, se adentra en un drama de la crisis de la mediana edad vivido por un periodista montevideano. Seguir leyendo «Cuando un grande es personaje»

Inicios de mi actividad literaria

Allá por octubre de 2014 comencé a escribir algo con aspiraciones de literatura. Pronto se multiplicaron las cantidades de textos en mi escritorio. Para darle un poco de orden a esto, y para que nada quede dormido por aquí, aprovecho esta, mi primera entrada de blog, como un ayudamemoria que iré actualizando poco a poco.

2016

Ginkgo

Un aspecto que cuenta es la imagen del blog. No puede esclerosarse. Cada tanto se va ajustando. En cuanto al título, bueno, creo que no necesita explicaciones. Como logo elegí originalmente la hoja del Ginkgo, árbol milenario, como símbolo de permanencia. Por su parte, la descripción corta, al inicio, fue «Actualidad literaria y cultural». Como también está bueno difundir lo del pasado, unas semanas después la redefiní como «Difusión literaria y cultural». En diciembre de 2016 hubo un nuevo cambio, ahora es «Baluarte literario y cultural»; si bien un baluarte puede llegar a asustar, la pronunciación en voz alta de este vocablo desliza otra cosa, «valuarte». Quien nutre su espíritu de letras y cultura siempre crece.

Así las cosas, comencé a dar a conocer mis letras. Andando, andando, en este blog fui publicando:

  • ONCE: de la serie Once relatos del juego de la vida
  • TRES: extractos de la novela corta Tres terribles tigres

En setiembre de 2016 se publica mi relato La peluca de rastas en la revista literaria digital Luz de Candil. Después, su protagonista Crispín siguió apareciendo en otros artículos.

Un momento muy especial fue mi admisión como escritor en el blog Letras & Poesía, en donde realizo contribuciones cada dos domingos.

En noviembre de 2016, en el ámbito del novel portal Scripto.es, comenzó mi participación en el equipo de redacción del proyecto Textos Solidarios, que realizará una donación a la ONG Médicos Sin Fronteras.

En diciembre me admiten como autor en el blog Salto al Reverso, en donde comienzo a subir poesía.

Culmina el año 2016 con una gran alegría por partida doble. L&P Awards 2016, evento para el que fui nominado en varias categorías, anuncia mi premiación como

  • Mejor escritor de Latinoamérica
  • Mejor blog de traducción/recursos

2017

Comienza 2017 y me decido a publicar la que fue mi primera traducción literaria: Botijas en cana, a partir del original alemán Knastkinder, de Rüdiger Bertram. La fui publicando por entregas, para no impresionar, porque es muy cruda.

En marzo, mi proyecto hermano lucarna inicia su participación en el colectivo Letters & Poetry, a su vez proyecto hermano de Letras & Poesía.

Finaliza el mes con la selección de mi haiku Khachkar en Montevideo para incluirlo en la antología de Salto al Reverso de 2017.

Sanantonio en un trébol

Entusiasmado por la respuesta del público, adopté un nuevo logotipo en abril. El trébol de cuatro hojas, usualmente identificado con la buena suerte, con una vaquita de San Antonio (que simplifico llamando «sanantonio»), de chico me encantaba encontrar alguno en el jardín, pedirle un deseo, después caminaba hacia arriba por mi dedo, desplegaba las alitas y volaba lejos. Soñar, volar, libertad.

Comienzo a traducir literatura del inglés al español, todo un desafío. Pueden ver las primeras muestras aquí.

Y todavía en abril, mi inquietud no cesa. Inauguro el grupo de Facebook BlogoLetras y además convoco un primer encuentro literario en el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires, cinco personas que amamos las letras disfrutamos de una hermosa tarde.

En mayo comienza a gestarse una campaña de expectativa. ¿De qué? Ya lo sabrán…

Cierra el mes de mayo con mi admisión en el Portal Interactuar, en donde publico reseñas de temas culturales y artísticos.

En junio se publica en Amazon mi primer libro, Amigos orientales. En agosto se produce finalmente su lanzamiento.

En suma

Todo suma. Todos suman.

Muchas gracias al público por seguir acompañando.

Las miradas lectoras y opinadoras siempre son bienvenidas.


Otras páginas en las que pueden ver mi producción: